«Tenemos dos orejas y una boca justamente para escuchar más y hablar menos» – Zenón de Citio
La escucha es la parte más olvidada de la comunicación. Es absolutamente necesaria pero no le damos la importancia que merece. Vivimos en la Era de la Comunicación — móviles, Whatsapp, Yammer, Facebook, Instagram, incluso el ya pelín anticuado correo electrónico,… — pero ¿cuánta escucha verdadera hay en todas estas conversaciones?
Hay al menos tres razones por las cuales es importante la escucha, especialmente en una negociación o conflicto con los que nos podemos encontrar diariamente en nuestro trabajo.
1. La escucha nos ayuda a entender a la otra parte. La negociación es, después de todo, un intento de influenciar a los demás. ¿Cómo podemos siquiera pensar en cambiar el posicionamiento de alguien si no sabemos cuál tiene inicialmente? La escucha es la clave
2. Escuchar adecuadamente nos permite conectar con el otro ser humano. Ayuda a crear conexión entre personas. Construye confianza. Le muestra al otro que nos importa realmente lo que piense y sienta. Todo el mundo desea ser escuchado. Todo. El. Mundo.
3. Cuando has escuchado adecuadamente a la otra persona, es más probable que la otra persona te escuche a ti. Y eso ayuda a llegar a un acuerdo o solucionar un conflicto.
Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios y ser algo natural en las personas, la escucha genuina es algo que necesita ser aprendido y practicado cada día. Al menos para aumentar el nivel de la escucha que solemos practicar.
El primer nivel, el más habitual, es cuando solo oímos las palabras del otro. Mientras lo hacemos, nuestro cerebro está pensando «¿estoy de acuerdo en esto que dice? ¿en qué parte no estoy de acuerdo?» y lo que más nos limita, estamos preparando la RESPUESTA que le vamos a dar cuando deje de hablar. En otras palabras, en el primer nivel de escucha, el foco de nuestra atención está en NOSOTROS.
En el segundo nivel de escucha, sin embargo, el foco de nuestra atención está en LA OTRA PERSONA. Nos ponemos en su posición durante la escucha. Vibramos en la misma onda. Escuchamos desde SU marco de referencia, no desde el nuestro. Eso no es fácil ni evidente. En el segundo nivel de escucha no solo escuchamos las palabras sino lo que hay MÁS ALLÁ de las palabras. Escuchamos las emociones subyacentes, los sentimientos, las necesidades del otro. Escuchamos lo que la otra persona REALMENTE quiere o necesita, aunque no sepa expresarlo adecuadamente.
En un próximo post hablaremos de cómo podemos prepararnos y practicar la escucha en el segundo nivel, el genuino, el que más beneficios aporta a nuestra relación con los demás.
Gracias por escuchar (leer)