¡Hola! El punto de partida de cualquier proceso de coaching es la elección, por parte del coachee, de una meta, un destino, un objetivo suficientemente bien definido, con el que trabajar. Esta elección es fundamental, puesto que marca la dirección hacia la que se encaminan todos los esfuerzos durante el proceso de consecución de esa meta.

Ya aprendimos en un anterior vídeo de Cosas de Coaching que partiendo tu situación actual, el deseo de llegar a la meta es la motivación que necesitas para dar los pasos que tienes que dar, la gasolina que alimenta el proceso hacia la consecución de tus objetivos. ¡Y qué sensación de felicidad cuando consigues lo que te propusiste ¿verdad?!

En este vídeo te voy a explicar cuáles son los tres secretos relacionados con la sensación de felicidad en la consecución de metas. Te doy la bienvenida a Cosas de Coaching.

 

Recordando el vídeo de Cosas de Coaching que hablaba de la Motivación, en cualquier proceso de coaching partimos de una situación actual en la que se encuentra nuestro cliente y tiene definida una meta a la que llegar. Si esa meta se encuentra demasiado lejos, debe definir los pasos intermedios que le lleven a ella. Esos pasos que necesita dar son acciones motivadas, las cuales producen reacciones emocionales, emociones y sentimientos y, a su vez, las emociones pueden quitar o poner energía a las acciones.

Los dos primeros secretos relacionados con la sensación de felicidad a la hora de conseguir la meta que se propusiera el cliente están en estos pasos intermedios.

El primero tiene que ver con su percepción de su competencia y eficacia. Cuanto más eficaz y competente se perciba durante el desarrollo del proceso que le lleva a la meta, mayor será el nivel de satisfacción y bienestar subjetivo que obtenga al conseguirla. Percibirse competente y eficaz se refiere a si siente que tiene todos los conocimientos y habilidades necesarias para dar el siguiente paso en función del nivel de reto o desafío percibido por él; si se siente capaz, vamos.

Recuerda, como también explicamos en el vídeo sobre el estado de flujo, que el nivel de reto debe estar equilibrado con sus capacidades y habilidades percibidas para que esté correctamente motivado a la hora de afrontar la tarea que tiene por delante.

El segundo secreto, que también está en esta zona, tiene que ver con el sistema motivacional que utiliza para cada uno de los pasos que da. Dicho sencillamente: que cada paso que de tenga algún tipo de recompensa para él –me refiero a una recompensa emocional, claro — o que le permita dejar atrás algo que no le gustaba. O las dos cosas a la vez. Por eso es importante, en cada paso del plan de acción que le lleva a la meta, hacerle preguntas que le permitan valorar para qué lo da antes de darlo.

Por ejemplo, imagínate que tu cliente tiene como meta abandonar una relación tóxica con otra persona. Uno de los primeros pasos que decide dar es dejar de trasladarse junto a esa persona tóxica al trabajo cada día. Algunas de las preguntas que puedes hacerle son del tipo: ¿Qué ganarás? ¿Qué dejarás de hacer que no te gustaba? ¿Cómo te sentirás tras ir al trabajo en otro medio de transporte? ¿A qué debes renunciar?

El tercer secreto relacionado con la sensación de felicidad cuando se consigue una meta está en la meta misma. Muchas de las metas que nos fijamos a lo largo de nuestra vida poco o nada tienen que ver con nuestro sistema de valores, creencias e intereses personales. En estos casos la selección de objetivos suele estar guiada por la ansiedad, la angustia, la culpa… o responder a los requerimientos o la imposición de otros.

Que la meta sea coherente con los valores e intereses personales del cliente, con lo que es de verdad importante y relevante para él, le dará una sensación de dominio o control que incrementará el bienestar subjetivo que sienta cuando por fin consiga llegar donde se propuso. Un buen conocimiento de su sistema de valores personales puede ayudarle mucho en la elección de metas relevantes para él y a sentirse implicado «de corazón» con lo que pretende obtener como objetivo, obteniendo así la fuerza emocional necesaria para conseguirlo.

Teniendo en cuenta estos tres secretos: que sea vea capaz de hacerlo, que tenga claro para qué quiere lograrlo y si la meta es coherente con su sistema de valores, lograrás que tu cliente, además de conseguir el objetivo en sí mismo, obtenga una gran sensación de felicidad.

Hasta aquí hemos llegado. No olvides darle al like si te gustó este vídeo, suscríbete al Canal si quieres seguir aprendiendo, y utiliza la sección de comentarios para cualquier cosa que quieras compartir. Gracias por pertenecer a la gran Comunidad de Cosas de Coaching.

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